martes, 20 de septiembre de 2011

Carteles se pelean en RD

ASÍ FUERON CALIFICADOS POR LAS AUTORIDADES LOS HOMBRES QUE CONSUMARON LOS HECHOS

Ricardo Santana
Santiago
La Policía, el ministerio público y representantes de otros organismos de seguridad del Estado atribuyen a un tumbe de 98 kilos de cocaína y a dinero en efectivo la ejecución de tres colombianos, un venezolano y un español ocurridas el 25 y 26 de agosto de este año en esta ciudad.
Esos crímenes y otros ocurridos en el país durante los últimos meses tienen, conforme a las características de las prácticas típicas de los carteles de drogas violentos que operan en Sudamérica, Centroamérica y México, indicios claros de la confrontación entre grupos criminales tras la supremacía del negocio en República Dominicana.
Ayer, el jefe de la Policía, mayor general José Polanco Gómez, el presidente de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), Rolando Rosado Mateo, la fiscal de Santiago, Yeni Berenice, y representantes de otros organismos de seguridad, dieron a conocer la detención de seis hombres y persiguen a otros dos vinculados a esos hechos.
Los implicados son José Amable Morel Ventura (Monstruo), Yerry Rafael Heredia Suero, José Uerinton de Jesús Sosa Acosta (Sosa), Ramón Emilio Sosa Rodríguez (El Taxista y/o Ramón El Sicario), Miguel Eduardo Díaz Polanco (Ñelo) y Eddy Lantigua (La Melaza).
Mientras, están prófugos Héctor Vargas Valerio (Héctor La Figura) y Julio César Céspedes (El Indio). Los asesinatos de ciudadanos dominicanos, sudamericanos, centroamericanos, mexicanos, de el Caribe y Europa, tienen relación con la evidente competencia entre carteles que miden fuerzas en la zona del Cibao, el Este y Santo Domingo, en un afán por acaparar espacios para el control y venta de drogas en el corredor de distribución nacional y el flujo en movimiento hacia el exterior.
Los imputados con el múltiple crimen en Santiago, definidos por las autoridades como peligrosos, se les vincula de manera material e intelectual en las ejecuciones del español Pablo Fanjul García, los colombianos Carlos Arturo Pedraza García, Serafín Alvarado Bautista y Héctor Elías Peña García, y el venezolano Julio César Sánchez Monterrosa.
También los vinculan a la muerte del dominicano Jesús Durán Jiménez (Eronel El Gordo), éste último hecho ocurrido el 26 de julio de este año en el sector Buenos Aires, de Santiago.
Las autoridades comunicaron que todos fueron asesinados con una pistola Glock, la cual alegadamente fue destruida por los supuestos sicarios.
Autor intelectual
En el curso de las investigaciones las autoridades pudieron establecer que el autor intelectual de la muerte de los sudamerianos y el español fue Morel Ventura (Monstruo), quien trabajaba como distribuidor de grandes cantidades de cocaína introducidas al país por una red internacional, y que era operada por los sudamericanos que fueron asesinados.
Polanco Gómez y la fiscal Reynoso revelaron que las investigaciones arrojaron que El Monstruo tenía una fuerte deuda con los colom bianos, por lo que planificó darle un tumbe de unos 600 kilos de cocaína, lo cual se ejecutó el pasado mes de agosto, logrando obtener 98 kilos de la droga.
Comunicaron que se comprobó, además, que mientras era planificado el tumbe a los colombianos, los prevenidos confrontaron problemas con el español Fanjul, debido a que sospechaban que trabajaba de informante para las agencias antinarcóticas y por tanto decidieron ejecutarlo el 25 de agosto cuando se ejercitaba en la cercanía de un parque del sector Villa Progreso de aquí.
Señalaron que los investigadores comprobaron, mediante estudios balísticos, que el arma utilizada para matar al español Fanjul fue la misma con la que se ejecutó al dominicano Durán Jiménez (Eronel El Gordo).
Esas muertes, de acuerdo a la Policía y el ministerio público, fueron ejecuta- das por el imputado Heredia Suero, quien es señalado como el principal pistolero del grupo.
Asimismo, informaron que por el asesinato del español Pablo Fanjul, el imputado Morel Ventura (Monstruo) pagó la suma 400 mil pesos a Heredia Suero, quien sin tener trabajo, logra tener una vida de abundancia, sustentada en los recursos producto de la actividad de sicariato que realizaba.
Polanco Gómez y la fiscal dijeron que tras esta acción criminal, los imputados Morel Ventura (Monstruo), Vargas Valerio (Héctor La Figura (prófugo) y Díaz Polanco (Ñelo), deciden que el tumbe y asesinato de los colombianos y el venezolano no podía esperar un día más.
Dijeron que para tales fines se reunieron la tarde del mismo día 25 agosto en la autopista Joaquín Balaguer, próximo a Navarrete, con los gatilleros, donde acuerdan materializar la acción contra los sudamericanos al día siguiente.
“Para este ‘trabajo’ contrataron los servicios de Heredia Suero, de De Jesús Sosa Acosta y de Sosa Rodríguez (El Taxista y/o Ramón El Sicario), quienes raptan a los colombianos en el apartamento del residencial Torre Kirie, apartamento 6 B, ubicado en la calle Erick Ekman, Los Cerros de Gurabo III, Santiago”, explicó la fiscal.
Después del crimen
Desde ese lugar, de acuerdo al informe, se trasladaron con los hoy occisos a la casa ubicada en la calle Doctor José Herrera No. 3, de la misma urbanización.
Toda la información sobre la residencia de los colombianos la aportaba el imputado Morel Ventura (Monstruo), ya que él era parte esencial de la red internacional, antes del problema de la deuda de la droga, por lo que sabía prácticamente todos sus movimientos.
Tras raptar a los sudamericanos y torturarlos, lograron que entregaran 72 kilos de cocaína que tenían escondido en una casa de la calle 5, en la urbanización Thomen, de La Barranquita, y otros 26 kilos que estaban en otra casa rentada por los colombianos. Materializado el tumbe de los 98 kilos de cocaína, Heredia Suero y sus cómplices subieron a Serafín Alvarado Bautista, Carlos Arturo Pedraza García, Héctor Elías Peña García y Silvio César Sánchez Monterrosa, al segundo nivel de una casa en la calle Dr. José Herrera, de Cerros de Gurabo III, donde los ejecutaron.

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