José Alvarenga, el padre, relató que el bebé fue dado por muerto a las 6 de la tarde del jueves y que le entregaron el cuerpo a las 10 de la noche en su domicilio.
"Me (lo) entregaron en una caja de medicamentos", relató a periodistas. "Quise abrir para ver los restos y encontré que el bebé estaba respirando. Al rato comenzó a llorar", afirmó.
"Enseguida lo llevé de nuevo al hospital central donde rápidamente le pusieron en una incubadora con oxígeno", subrayó.
La madre se hallaba todavía internada cuando se enteró que su bebé estaba vivo.
"Es un caso rarísimo", dijo el médico Ernesto Weber, jefe de terapia intensiva pediátrica del Instituto de Previsión Social (IPS), donde nació la criatura.
El profesional admitió que el médico tratante "no constató los signos vitales del niño". Autoridades de la previsional -perteneciente al Estado- anunciaron que se inició una investigación para determinar si hubo negligencia.
La médica Aída Notario, de la sección Neonatología del nosocomio, sostuvo que el personal médico y paramédico intentó revivir a la criatura durante una hora. "Tenía tan bajo el pulso que no se pudo detectar", indicó.
Según la historia clínica, el bebé nació con 500 gramos, prematuro de 24 semanas, "sin signos vitales y con la piel cianótica (azulada)".
"Ahora la criatura está estable. Se le van a realizar todos los estudios para determinar si va a tener secuelas o no", precisó.
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