viernes, 23 de abril de 2010

Miles han dejado atrás la adicción a las drogas

APORTES: HOGAR CREA DOMINICANO HA LOGRADO REEDUCAR A 20 MIL PERSONAS QUE PERMITIERON QUE LAS AYUDARAN A VENCER SU VICIO Y CASA ABIERTA SE ENCARGA DE LA LABOR PREVENTIVA.
Filosofía. Las personas recluidas en centros de recuperación de adictos tienen que reconocer su condición de dependencia a una sustancia y que su ingreso sea de manera voluntaria.

Santo Domingo.- Más de 20 mil personas adictas a las drogas han sido reeducadas en Hogar Crea Dominicano en sus 35 años de servicios dirigidos al tratamiento de recuperación del individuo, la adicción a las drogas, mientras cada año unas 40 mil se involucran en acciones de prevención a través de los programas que desarrolla Casa Abierta, con 36 años de trabajo comunitario.

Ambas instituciones tienen en común luchar contra el flagelo de la adicción a las drogas en diferentes vertientes, pero además, exteriorizan las mismas quejas debido al escaso apoyo estatal manifestado en una subvención económica anual que ronda entre el 20 y el 40 por ciento, respectivamente, de los gastos en que incurren para enfrentar ese mal. Pese a ello, los logros de ambas instituciones son tangibles.

La filosofía de Hogar Crea Dominicano, explica su presidente Leopoldo Díaz, es que la persona que entre a la institución reconozca su enfermedad y condición de dependencia a una sustancia o comportamiento y que su ingreso sea voluntario.

Expansión de servicios
En 35 años de servicios desde 1975, ha abierto 43 hogares en el país, así como centros similares en Chile y Colombia con jóvenes reeducados en el país.

También logra ubicar muchos reeducados con becas educativas en universidades o en puestos de trabajo.

En tanto, Casa Abierta surgió en el 1970 por una preocupación de la Iglesia Católica con el propósito de acompañar a jóvenes y familias en la formación en valores, educación para la salud, desarrollo comunitario y prevención del uso indebido de drogas.

Actualmente desarrolla una variedad de proyectos con programas en diversas áreas que cada año impactan entre 35 a 40 mil personas.

Cada programa involucra directa e indirectamente entre cinco y 10 mil personas.

Ahora trabaja en siete provincias con una estrategia de desarrollo comunitario en el que participan escuelas, padres, asociaciones juveniles, jóvenes directamente, asociaciones barriales y culturales.

En sus intervenciones Casa Abierta promueve la salud, educación para la vida, valores, prevención en uso de sustancias prohibidas y que la comunidad se organice y asuma su rol.

Hogar Crea es un centro de recuperación, que se rige bajo el régimen de la comunidad terapéutica, con la supervisión de psiquiatras y psicólogos.

Consiste en una dinámica en la que las personas se aplican tratamiento entre ellos mismos, por eso se habla de residentes, no de pacientes.

Proceso de recuperación
Su tesis, explica Díaz, es que toda persona que cae bajo la dependencia de una sustancia ha sufrido un deterioro en parte de la personalidad, como el carácter.

Los residentes tienen horarios de 7:00 de la mañana a 9:00 de la noche, en el cual se aplican las diferentes terapias como son la individual, grupal, de confrontación, ocupacional, educativa, recreativa, de venta, gerencial, familiar y religiosa.

El tratamiento está compuesto de tres fases que se completan entre 18 a 24 meses. La primera fase es la inducción, que incluye dos etapas, una de detoxificación, con el uso de medicamentos, y la otra de orientación.

La segunda fase tiene cuatro etapas de dos meses cada una y la tercera fase que es de reeducación intensiva, la forman 5 etapas.

Los de primera y segunda fase llevan el nombre de residentes y visten pantalón corto, porque emocionalmente no han madurado; en la tercera fase usa pantalón largo y se le llama niveles, porque se supone que su edad cronológica se niveló con la emocional.

Completado el tiempo, pasan a tratamiento externo de cuatro años de seguimiento.

Antes preparan su proyecto de vida, generalmente vinculado a continuar sus estudios o ingresar al mundo laboral.

Díaz recuerda que en principio se enfrentaba la dificultad que los reeducados no encontraban fácilmente trabajo ni becas de estudios, lo cual actualmente ha cambiado positivamente.

En lo que va de año Hogar Crea Dominicano ha recibido a 45 jóvenes adictos a la heroína, droga que mayor dependencia genera. Actualmente el ocho por ciento de los residentes en Crea son niños y niñas adolescentes.

Entre el grupo personas que llegan a estas casas de recuperación de adictos el crack ocupa el primer lugar en consumo, seguido de la cocaína, mientras la marihuana y heroína están empatadas en tercer lugar.

Soluciones
De los 1,600 residentes que tiene Hogar Crea distribuidos en sus 43 hogares, el 85 por ciento es masculino y el 15 por ciento femenino, con 18 años de edad promedio.

En los inicios de Hogar Crea, el 75 por ciento de la edad promedio de ingreso rondaba entre los 24 y 26 años. Actualmente hay 30 niños que tienen entre ocho y 14 años, adictos al crack, cocaína y marihuana.

En lista de espera Crea tiene más de 100 casos que no pueden entrar por falta de espacio. El 80 por ciento va a Crea ya muy avanzado.

Tiene en ejecución un proyecto de detoxificación de adictos que están infectados de hepatitis y VIH/Sida.

Dificultades
Hogar Crea Dominicano cuenta con un presupuesto este año de RD$161 millones para sustentar 43 hogares y los 1,600 residentes que viven actualmente en esos centros. Del gobierno recibe una subvención mensual de 34 millones de pesos.

Cada año tiene que ingeniársela a través de pequeñas ventas de artículos como fundas plásticas, pan, pastelitos y donas, que sumado al aporte del sector privado, permite a la entidad cumplir sus compromisos, casi siempre arrastrando deudas.

Treinta y cinco de sus 43 hogares no tienen psicólogos por falta de recursos.

En tanto, Casa Abierta cuenta con una subvención estatal mensual de 1.2 millones de pesos, fija desde hace tres años, que representa el 40 por ciento del presupuesto general. Los demás recursos que utiliza para recuperar adictos son captados a través de proyectos internacionales.

EN LA BÚSQUEDA DE LA SOLUCIÓN
Juan de la Rosa dice que la solución de la drogadicción no es inmediata, ya que es un problema de la sociedad moderna y del sistema social, por lo que necesita soluciones sociales y morales.

Señala que el cambio no puede ser por decreto. Se debe invertir en educación y salud, hacer que los jóvenes aprendan valores sociales, que haya familias más integradas y mayores oportunidades de empleos. Dice que cuando un miembro empieza en las drogas, la familia completa entra en crisis, porque o son violentos o son personas que se disocian del núcleo.

En tanto, Díaz entiende que en el 80 por ciento de los casos la familia llega tarde a buscar ayuda, porque a veces tienen la sospecha de que tienen un adicto, pero muchas veces se niegan a aceptar la realidad.

Doris Pantaleón

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