La histórica e inédita operación de rescate de 33 mineros atrapados cientos de metros bajo tierra culminó ayer miércoles por la noche con la salida del último trabajador, el jefe del grupo, en un memorable capítulo de sobrevivencia, lucha y tenacidad.
Nunca antes hubo gente que sobreviviera tanto tiempo a tanta profundidad bajo la tierra.
El último en ser evacuado fue Luis Urzúa, quien era el jefe de turno cuando los trabajadores comenzaban su faena de trabajo aquel 5 de agosto y fueron atrapados por un derrumbe masivo.
Urzúa, un topógrafo de 54 años, se mantuvo como jefe líder del grupo y como tal le correspondía sacar primero a todos sus hombres, como el capitán que abandona a último su barco.
La salida de Urzúa fue celebrada con atronadores cornetas, gritos y aplausos tanto por el equipo de rescate que lo recibió en la superficie al salir de la jaula en la que fueron izados todos los mineros.
Lo mismo ocurrió en el campamento improvisado que surgió a las afueras de la mina donde se apostaron las familias a la espera del salvamento tras el accidente, ocurrido el 5 de agosto en la mina de cobre.
Pronto, el jolgorio y las celebraciones se extendieron a través del país, con miles de personas en las calles de las principales ciudades ondeando banderas chilenas, haciendo sonar las bocinas de sus vehículos.
Urzúa se abrazó con los miembros del equipo de rescate y con el presidente Sebastián Piñera, en un momento electrizante en que más de uno de los hombres que trabajaron por evacuar a los mineros se abrazaron y besaron. “Espero que esto nunca más vuelva a ocurrir”, dijo Urzúa al presidente al entregarle, de forma simbólica “el turno” o la faena que había empezado el 5 de agosto. “Gracias a todos, gracias a todos los rescatistas”, dijo Urzúa.
Piñera le dijo “don Luis Urzúa, recibo su turno y lo felicito porque salió último” como los buenos capitanes.
“Ustedes no son los mismos, ni el país es lo mismo después de lo que ha pasado”, agregó Piñera. Y luego todos entonaron el himno nacional con sus cascos sobre el pecho y no pocas lagrimas.
Piñera dijo que visitará a todos los mineros hoy en un hospital cercano y que más tarde los recibirá en la sede de gobierno, La Moneda, en Santiago.
Con 31 años trabajando en minería, Urzúa supo al ver la dimensión del derrumbe que la salida no sería fácil, según contó al presidente, en declaraciones e imágenes transmitidas en vivo por la televisora estatal.
“Yo la vi (la piedra del derrumbe) muchos pensaban que iba a ser dos días (el rescate y la salida)...pero yo cuando vi, supe que no”, dijo Urzúa, asegurando que tardó por lo menos tres horas en bajar el polvo provocado por el derrumbe.
“Hicimos varios intentos...de salir por arriba”, añadió.
“No sabíamos qué pasaba”.
En medio de la desesperación “mucha gente trató de hacer cosas que no eran las mejores”, dijo Urzúa, pero no dio detalles. Y luego escucharon las sondas y las máquinas operando hasta que finalmente una sonda llegó al fondo, el 22 de septiembre, después de angustiosos 17 días sin saber nada de ellos.
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