"Estamos serenos y tranquilos. Estamos un poco contrariados por lo que se le ha reprochado a la Congregación pero todo quedará aclarado, no tenemos nada que esconder", declaró al diario La Reppublica monseñor Roberto Sarah, secretario de la Congregación para la evangelización de los pueblos, ex Propaganda Fide.
Sarah respondía al anuncio el sábado de la apertura de una investigación por corrupción contra el cardenal arzobispo de Nápoles, Crescenzio Sepe, por la fiscalía de Perugia (centro), sobre su gestión de la Congregación entre 2001 y 2006.
La antigua Propaganda Fide, congregación de la Curia romana, gestiona las obras misioneras del Vaticano y un patrimonio inmobiliario muy amplio en Roma.
Según los medios italianos, el papa Benedicto XVI no quiso mantener en sus funciones a Sepe en 2006 y prefirió mandarle a Nápoles y reemplazarlo por el cardenal indio Ivan Dias, antiguo arzobispo de Bombay, en las antípodas de toda sospecha de amistades "romanas".
"En los próximos días, tras un atento examen de los interrogantes que aparecieron estas últimas semanas y una reflexión ponderada, responderemos mediante un comunicado oficial", indicó Sarah.
Junto a Sepe, la fiscalía de Perugia investiga al antiguo ministro de Infraestructuras Pietro Lunardi.
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