Madre de quintillizos fue rechazada en dos hospitales antes de ir al Reynaldo Almánzar
A un día de su nacimiento, los quintillizos de Noelia Duarte Toribio
se prenden a la vida “como verdaderos campeones, en esta batalla que
apenas comienza”, afirma el personal médico del Hospital Materno Reynaldo Almánzar, de la Ciudad de la Salud, en Santo Domingo Norte.
Las tres niñas y dos niños se encuentran en las primeras 72 horas
críticas luego del parto, período en el que sus cuerpos deben adaptarse a
un entorno distinto al del vientre materno, explica la doctora Katy
Rodríguez, perinatóloga a cargo de la moderna Unidad de Neonatología. La
prematuridad es significativa al tratarse de un embarazo de tan solo 24
semanas.
Sostiene que el hospital cuenta con el equipamiento y suministro
necesario y con el personal suficiente capacitado para hacer esto
posible.
Actualmente los recién nacidos reciben administración de surfactante
con ventilación mecánica, es decir, respiración asistida a través de
medicamentos y ventiladores artificiales. Este proceso busca lograr un
tránsito exitoso de la circulación fetal a la circulación pulmonar, el
cual, normalmente ocurre de manera natural tras el nacimiento.
Es por esto que la doctora manifiesta con optimismo que “van sobre la
marcha, se están dejando llevar, pero me voy a sentir feliz mañana o el
miércoles, cuando estén fuera del peligro mayor”. Sostiene que el
hospital cuenta con el equipamiento y suministro necesario y con el
personal suficiente capacitado para hacer esto posible.
“Una buena noticia”, agrega el director del hospital Rafael Draper,
“es que en el hospital Luis Eduardo Aybar (Morgan)”, donde se dio
seguimiento al embarazo, “se les puso todos los medicamentos para la
madurez pulmonar”, lo que los hace lo suficientemente fuertes para
soportar este nacimiento “altamente prematuro”. La odisea de Noelia y sus cinco
La madre, quien es recepcionista en la Policía, conoce el riesgo en
el que se encuentran sus hijos, sin embargo se mantiene contenta y
esperanzada y lo que más quiere es poder abrazarlo y “que salgan de
donde están para podérnoslos llevar para la casa”.
Duarte, luego de un primer intento infructuoso que culminó en el
fallecimiento posparto de trillizos también prematuros, acudió, nueva
vez, al tratamiento de fertilidad para materializar su sueño de
convertirse en madre.
Al presentarse un sangrado, al mes de embarazarse, acudió al Hospital
de la Mujer Dominicana del Instituto Dominicano de la Seguridad Social
(IDSS). Allí le indicaron una sonografía donde se percató, poco antes de
cumplir los dos meses, de que cargaba quintillizos en su vientre.
En ese centro médico, al cual pertenecía su seguro de salud, le
negaron la atención pues alegaron no contaban con la tecnología y
suministros necesarios para dar seguimiento a un embarazo de tan alto
riesgo.
“Desesperada” asistió a la Plaza de la Salud en donde, por segunda
vez, fue rebotada. En esta ocasión el argumento fue la “saturación”. “No
me pudieron atender porque me dijeron que ellos tenían más casos de esa
magnitud y que no podían atenderme”, recordó Duarte.
“Desesperada” asistió a la Plaza de la Salud en donde, por segunda
vez, fue rebotada. En esta ocasión el argumento fue la “saturación”.
Inmediatamente es interrumpida por su esposo, Julio César Paniagua,
quien le pide “no lo maquilles”, a lo que añade, “no nos aceptaron
porque no teníamos recursos, no hay por qué ocultarlo”. Narra que al
llegar le preguntaron por el seguro y le dijeron que allá no lo cubrían.
Posteriormente, continúa la madre, le respondieron que “buscara otro
doctor y que si no encontraba que quizás más adelante, cuando fueran
desembarazando, me iban a poder atender”.
Duarte dice que gracias a un compañero, fue referida al doctor Carlos
Regalado en el “Morgan”. “Él me acogió, me dijo que sí, que me iba a
atender y allí me trató el embarazo todo el tiempo”.
Señala que Regalado estuvo dispuesto en todo momento a atenderle,
dándole todo el seguimiento requerido a pesar de que no tenían cómo
financiarlo. “Yo lo llamaba a cualquier hora para preguntarle cualquier
tontería y él ahí estaba con mucho cariño como si yo fuera una hija de
él”, relata con profunda gratitud.
Patente la complejidad médica del caso, el referimiento a Hospital
Materno Reinaldo Almánzar de la parturienta obedeció, explican los
médicos y corrobora el personal, a que ningún otro hospital del país
cuenta con los recursos para hacer frente al reto de salvar la vida a
los neonatos.
El tratamiento actual es, por mucho, más costoso que todo el proceso
al que se Duarte se había sometido hasta el momento. Según lo que se
cobra en una clínica privada promedio excede el millón de pesos, calcula
Draper. Es por esto que tanto el hospital, que es autogestionado, como
el Ministerio de Salud se han comprometido a cubrir todos los gastos que
implique.
Si bien es cierto que las dificultades que han atravesado en esta
odisea Noelia Duarte y sus cinco han sido muchas, no lo es menos que ha
sido su esperanza, fortalecida por la solidaridad de muchos, la que les
ha llevado a sobrepasarlas una por una.
Hoy toda la sociedad dominicana pone su mirada sobre esta familia,
acompañando de cerca o de lejos la historia de amor. De superar la
compleja lucha por la vida que llevan Julianny, Noe, Elianny, Josue y
Elio Paniagua Duarte, es casi garantía que la solidaridad les seguirá
acompañando a los padres en la ardua y costosa tarea de mantener, con
escasos recursos, a cinco recién nacidos de delicada salud.
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