viernes, 8 de febrero de 2013

Dinero sucio español habría sido invertido en el complejo turístico Cap Cana, de la familia Hazoury

La corrupción no conoce fronteras. Se internacionaliza de la mano del capital, los empresarios y políticos globalizados. La pasada semana, el escándalo del senador estadounidense Bob Menéndez y y el médico dominicano Salomón Melgen entró con fuerza en los medios locales y todavía se sienten sus coletazos.

Quizá en breve los ruidos provengan de España amplificados por la investigación que realiza el Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional sobre los negocios en el país del Grupo Vitalia.
“La conexión dominicana de los ERE se oculta bajo varias capas de sociedades interpuestas, como en un juego de matriuskas”, dice el diario español.
En un amplio reportaje publicado este jueves por el periódico El Mundo –al que se puede acceder pagando— se dice que Vitalia recibió 23,2 millones de euros en solo cinco años de la Junta de Andalucía para gestionar los expedientes de regulación de empleo (ERE), de los cuales 5,1 millones vinieron a parar a la República Dominicana a través de un entramado de empresas.

El canalizador de esos dineros ahora bajo investigación fue el empresario español Jesús Barderas, radicado en el país desde 1986; el destino, el ambicioso complejo turístico Cap Cana, de la familia Hazoury, donde también participa como accionista Donald Trump.

De acuerdo con la crónica de El Mundo firmada por sus periodistas Sebastián Torres y Antonio Salvador bajo el epígrafe “Políticos bajo sospecha”, un borrador del contrato encontrado durante pesquisas de los Mossos d’Esquadra, en el domicilio de Antonio Albarracín, director comercial de Vitalia, lo transado fue la compra de acciones por 28 millones de euros aunque “en realidad, su valor nominal solo ascendía a 6,9 millones de euros”.

En los expedientes aireados por El Mundo también se habla de correos electrónicos que hacen referencia a “comisiones” y “pagos en metálico” a sindicatos, entre ellos las dos más grandes centrales obreras de España, la Unión General de Trabajadores y Comisiones Obreras.
El escándalo comenzó como consecuencia de la considerada en otros medios como “oscura quiebra de la mutua Fortia Vida”, perteneciente al Grupo Vitalia. Lo que se teme es que el dinero pagado por la Junta de Andalucía por los ERE haya vuelto, aunque disminuido por la repartición, a los bolsillos de quienes lo pagaban. La vía utilizada por Vitalia o Fortia Vida era relacionarse con despachos de abogados, simular negocios mediante empresas fantasmas y hacer volver el dinero a su fuente de origen.
“La conexión dominicana de los ERE se oculta bajo varias capas de sociedades interpuestas, como en un juego de matriuskas”, dice el diario español.

Y de hecho lo es: una gran cantidad de empresas solapándose mutuamente. La gran muñeca rusa que las oculta es la empresa “dominicana” Tenedora Verlac, en la que Plárrega Invest –otra empresa de Vitalia que habría servido para descapitalizar a Fortia Vida— tenía invertidos poco más de cinco millones de euros. No era la única, pero la maraña es demasiado densa para desanudarla en esta nota.
El resultado es que a través de Tenedora Verlac, el Grupo Vitalia era dueño del 18 % de la Corporación Hotelera del Mar, implicada en la construcción del hotel Cap Cana. Jesús Barderas, socio de la familia Hazoury, habría jugado un papel fundamental en la llegada de este presunto dinero sucio al paradisíaco “resort”.

“Los agentes han entregado al Juzgado de Instrucción  6 contrato de compra y venta de acciones de Corporación Hotelera del Mar. Además, Eduardo Pascual tenía en su domicilio un contrato de 8 de marzo de 2005 por el que la dominicana Cap Cana y la panameña Creola Overseas, vinculadas a Barderas y a sus socios de la familia Hazoury, vendieron un 25 % del accionariado de Corporación Hotelera Internacional a Tenedora Tinalli, que podría ser, por tanto, otra de las sociedades utilizadas por el entramado para desviar fondos. Esa podría ser la operación de 28 millones reflejada en el borrador”, concluye la nota de El Mundo.
Jesús Barderas
La crónica se completa con una semblanza del empresario Barderas del que El Mundo afirma que estuvo siempre cerca de la beautiful people en los años ochenta. Amigo íntimo del expresidente del gobierno español Felipe González, a quien recibe con frecuencia en Cap Cana, el empresario estuvo hace unos años atrás en el centro de otro escándalo de corrupción, el caso Malaya.
La semblanza destaca su relación de amistad con González y con el mexicano Carlos Slim, uno de los hombres más ricos del mundo y dueño de Claro.
Recuerda también que en 2007, Barderas y Abraham Hazoury anunciaron la creación del Centro Energético de las Américas, en Panamá, con 40 000 millones de dólares de inversión y 30 000 empleos, pero “pese a la gran expectación generada, la idea sigue aún sobre el papel”.


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