Estado de derecho DNI e intelectuales (caso de la politóloga Olaya Dotel)

¿Exhibe un rostro confiable ante la población un organismo como el DNI, haciendo cazas de brujas involucrándose en la vida privada de ciudadanos y ciudadanas, por causa de haber participado en manifestaciones o hablar por teléfono sobre las mismas?

 SANTO DOMINGO, República Dominicana.-El caso de Olaya Dotel, plantea al gobierno una pifia perceptible e interesante.

Olaya Dotel. Acento.com.do

 

¿Pueden los intelectuales de este país tener una vida independiente, escribir lo que sientan y participar en manifestaciones u otras actividades pacificas no reñidas con el cuerpo de leyes que sustentan el actual sistema?
¿Nos entregarán en el futuro un código de la disidencia apta, donde venga consignado lo que debemos escribir según gusto de quienes gobiernan y quienes con fervor tienen muchas razones en euros para apoyarlo?
Estas preguntan se hacen a  raíz de una serie de acusaciones e insultos aparecidas en artículos publicados por el Listín Diario,  donde se acusa, con el aval  de un aparato del Estado a una ciudadana de supuestamente dirigir las protestas populares contra la corrupción y exigir explicaciones al ex presidente Leonel Fernández.
A esta ciudadana, al parecer, se le hacen alusiones a algunas conversaciones que habría sostenido en privado con personas amigas.
Pero esas alusiones se hacen a partir de "informes de inteligencia" privilegiando aparatos y personal de Estado para consumo y uso de un columnista del Listín Diario, como si la alusión personal como denuncia individual, no fuera una situación digna de ser analizada por el propio director del periódico.

El talante democrático del actual ministro de las Fuerzas Armadas se pone entredicho con esta acción del organismo de inteligencia

No me refiero a un hecho que nadie conozca, es público y de alta notoriedad, pues el articulista se pavoneó de recibir esos “informes” de inteligencia.
Y esta situación, ataque a alguien desde un periódico usando el secreto de la fuente periodística para manejar un informe de inteligencia, sólo se equipara con situaciones como las que alimentaba el Foro Público de Trujillo y las actividades del Servicio Inteligencia Militar (SIM), de funesta recordación para quienes vivieron la dictadura, e impensable para quienes sólo hemos aprendido de esa funesta etapa a través de los libros y los testimonios de quienes la sufrieron.
Muchos columnistas en este portal noticioso coinciden en señalar el tema de la libertad de expresión y el derecho ciudadano.
Recuerdo que nadie que haya ido a UNIBE y tenga 35 años puede ser un seudónimo, lo que sucede es que no han podido callar a todo el mundo y ciertas verdades duelen cuando se piensa que se administra, con antojo propio, el poder absoluto.
La historia enseña qué sucedió con los pajes que eran merodeadores de personas con el poder absoluto. Hay un debate sobre el DNI que la mueca de esta  democracia nunca se ha planteado.
¿Es lo mismo un cuerpo de seguridad del Estado dedicado a espiar a los ciudadanos, que uno dedicado a proteger al país de tramas de delincuentes o supuestas amenazas externas?
Las dictaduras tienen policías políticas despiadadas, que persiguen ciudadanos y controlan sus actividades al extremo de hasta vigilar su vida sexual, lo que es ya el colmo de las violaciones. Las dictaduras son, en esta materia, paranoicas, y sus voceros mediáticos también. Es el caso que nos ocupa.
Este gobierno se maneja con gran ambigüedad. Porque, al final, que un gobierno tenga que valerse de estos sistemas de informes de inteligencia vía un periódico para "protegerse" de unos protestantes de la calle, a quien realmente le hace daño es al gobierno, en términos de imagen.
Lo otro es perro que ladra y babea, que en la fobia confunde los tiempos. En tiempos de Trujillo o Balaguer una denuncia con ligazón al DNI, de larga data, hubiese valido a la persona denunciada, la muerte o la tortura en la cárcel, pero eso ya no se puede. La vesanía no ha logrado encontrar curso oficial. Pero da igual, el calié nunca escarmienta, no importa que haya progresado o no, eso se lleva en la sangre y se ejerce en cualquier condición.
¿Abuso de hombre mayor poseído de poder temporal?
Eso sucede y pasa. Quien queda mal es una institución que pagan los dominicanos y dominicanas.
¿Puede ir cualquier ciudadano o ciudadana que mantiene al DNI mensualmente con sus impuestos a buscar el referido informe de inteligencia que avala una persecución personal?
¿Podrían los familiares de Olaya Dotel  tener el derecho a pedir ese informe que le afecta a su pariente cercano?
El talante democrático del actual ministro de las Fuerzas Armadas se pone entredicho con esta acción del organismo de inteligencia, que además deja manejar su imagen pública a personas en apariencia ajenas a esa institución, cuyo deber no puede ser perseguir ciudadanas y ciudadanos por participar en actividades de corte pacífico.
Curiosamente, el DNI no ha dicho ni esta boca es mía, omisión que le cuesta cara al cuerpo ante la opinión pública libre del fanatismo.
¿Exhibe un rostro confiable ante la población un organismo como el DNI, haciendo cazas de brujas involucrándose en la vida privada de ciudadanos y ciudadanas, por causa de haber participado en manifestaciones o hablar por teléfono sobre las mismas?
Seguimos igual. Es perceptible que existe una bicefalia de gobierno, que no ayuda a la democracia cacareada.
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