La camisa roja daba más intensidad a su rostro, adornado por unas gafas y una gorra de moda. En el escenario, Fernando Villalona proyectaba una imagen vigorosa, una voz madura y una orquesta merenguera acoplada. Fue lo que el lunes se percibió y se sintió cuando se le vio en la tarima del restaurant Neptuno's, de Boca Chica.
Ese día se celebraba el día de los enamorados y “El Mayimbe” daba lo mejor de sí.
Se trataba de un público selecto que llenaba la pequeña pista u ocupaba los encantadores rincones sobre las aguas del mar Caribe, en Boca Chica.
Una copa de champán, una rosa roja de tallo alto y un delicioso bombón era el suvenir de bienvenida para las parejas que se dieron cita al caer la noche.
Las mesas, finamente decoradas con mantelería blanca y pétalos de rosas completaron el escenario en el que Villalona demostraba su renovada fortaleza musical.
Eran las 10:20 cuando los músicos tomaron sus posiciones para dar paso al artista tres minutos después.
“El Mayimbe” tomó el micrófono y saludando a su público inició su repertorio de clásicos con “Te amo demasiado”, seguida de “Baile en la calle” y “Me ha dejado solo”, que motivaron a llenar la pista de baile.
El repertorio
Un total de 17 canciones entre baladas, merengues y boleros, divididas en dos sets, integraron la selección de éxitos confeccionada por Villalona, quien aprovechó la oportunidad para dedicar algunos temas, entre ellos a su hermano, Bolívar.
“Esclavo y amo”, “Vida consentida” y “Muchachita mía” fueron parte de los 40 minutos totalmente bailables del primer bloque de canciones.
Avis Soto, propietaria de Neptuno’s, estaba feliz por los resultados de la velada en la que Villalona demostró conservar el arrastre que le persigue desde los años 80.
Hasta el menú preparado para la noche incluyó nombres alusivos al Día de San Valentín: “Crema de mariscos amor eterno”, “Salmón Cupido” y “pastel de cielo al perfume de amor”.
A su regreso a escena, Fernandito reactivó la pista con su “Felix Cumbé”, de 1982, del compositor haitiano del mismo nombre.
Nueve temas le siguieron, entre ellos “Confundido”, “Te siento” y “Tabaco y ron”.
“Me muero por ti” fue dedicada a una pareja del público que celebraba su 50 aniversario.
“Gracias y buenas noches” fue la despedida del artista tras un show de casi dos horas, cerrando con el tema “La lluvia no daña mi fiesta”.
Villalona viene de cosechar sus mejores doce meses desde aquellos primeros años del siglo XXI cuando realizó una gira por el país.
Su acercamiento a Dios y el alejamiento total de los vicios vino acompañado de la pegada de nuevos temas. Y aunque no tuvieron ese impacto de otras décadas lo devolvieron al tapete y hasta le hicieron merecer una nueva nominación a los premios Casandra, en los que hacía buen tiempo no figuraba.
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