jueves, 4 de noviembre de 2010

Electores apalearon a Obama

Analistas políticos de Washington creen que las principales reformas de Obama no pasarán

Un presidente Barack Obama sin el brillo y el vigor acostumbrados dijo ayer que las elecciones legislativas del martes demostraron que los estadounidenses están frustrados con el ritmo de la recuperación económica.

WASHINGTON.
EFE.
Los republicanos de la Cámara de Representantes de EE.UU. renovaron ayer su promesa de corregir la agenda reformista de la Casa Blanca, incluyendo la anulación de la reforma a la salud, convencidos de que su “barrida” electoral es un mandato de los votantes.

Los comicios legislativos del martes, en los que los republicanos recuperaron el control de la Cámara de Representantes y los demócratas se mantienen al timón del Senado -aunque con margen reducido-, fueron un referendo sobre las políticas de la Casa Blanca y reflejaron la frustración de los votantes con la anémica recuperación económica.

Los republicanos han logrado al menos 60 escaños en la Cámara baja, muchos más de los 39 que necesitaban, en lo que supone la peor derrota para los demócratas en varias décadas. El legislador republicano de Ohio, John Boehner, que se perfila como el próximo presidente de la Cámara de Representantes -desbancando a la demócrata Nancy Pelosi-, dejó en claro que su partido tocará el “botón de reinicio” en la agenda de los próximos dos años.

En declaraciones televisivas, Boehner renovó su promesa de desmantelar la “monstruosa” reforma a la salud que, a su juicio, eliminará empleos y arruinará el sistema actual de cuidado médico.

“Creo que antes de comenzar es importante que sentemos las bases para revocar esta monstruosidad y la reemplacemos con reformas de sentido común que reducirán el costo del seguro de salud en EE.UU.”, enfatizó Boehner.

La reforma a la salud fue una promesa electoral del presidente Barack Obama y una de sus prioridades legislativas nada más asumir el poder en 2009, aún cuando la recesión figuraba como el asunto más apremiante del electorado.

Más adelante, durante una rueda de prensa, Boehner aseguró que la victoria republicana fue un mandato de los votantes para corregir la marcha de EE.UU. y un claro rechazo a la agenda de Obama y de los demócratas en el Congreso.

El líder de la oposición en el Senado, Mitch McConnell, señaló que “cuando se ignora a los votantes y sus deseos -como sucedió durante estos dos años-, eso produce resultados predecibles". La reforma a la salud “fue una especie de metáfora” para los excesos del Gobierno al intervenir en los bancos, las aseguradoras y las compañías automovilísticas, según McConnell.

Boehner se comprometió con Obama a trabajar de manera conjunta.

Ve votantes piden cambio

Washington. EFE. La victoria republicana en la Cámara de Representantes de Estados Unidos refleja el deseo de los votantes por un cambio en la cultura política, pero lo más probable es que continúen las luchas sectarias en el Congreso, afirmaron ayer expertos.

Los resultados de los comicios legislativos del martes, que dieron a los republicanos su mayor triunfo tanto en el Congreso como en las legislaturas estatales, son fruto de la frustración y la ansiedad por la anémica recuperación económica en Estados Unidos.

Los republicanos recuperaron el martes el control de la Cámara baja por primera vez desde 2006, mientras los demócratas mantuvieron el control del Senado, lo que previsiblemente les obligará a replantear sus estrategias para conjurar una parálisis del proceso legislativo. Desde ya, los republicanos han dejado en claro que su misión será reducir la intervención del Estado y replegar la agenda reformista del presidente de Estados Unidos, Barack Obama.

En ese sentido, el legislador republicano de Ohio, John Boehner, que se perfila como el próximo presidente de la Cámara de Representantes -desbancando a la demócrata Nancy Pelosi-, renovó hoy ante la prensa su promesa de desmantelar la “monstruosa” reforma de salud que, a su juicio, eliminará empleos y arruinará el sistema actual de cuidado médico.

Pero la primera gran batalla será la extensión de los recortes tributarios de la era de George W. Bush (2001-2009) y que vencen a finales de diciembre.

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