LA PREDILECCIÓN DE ROSTROS DESCONOCIDOS PARA ACTUAR EN LAS ADAPTACIONES DE “BEST SELLERS” PARA EL CINE SE IMPONE
Cuando los libros se convierten en mejor vendidos y se les quiere llevar a la pantalla grande, la fórmula que Hollywood ha aplicado es la de “nuevos rostros” para protagonizar las historias.
Esta tendencia se manifiestan en adaptaciones de sagas como “Twilight”, “Harry Potter” y la trilogía Millenium de Steig Larsson.
Por un lado, la crisis obliga a reducir gastos y los cachés de las estrellas hacen todavía más costosa una superproducción. Por otro, un rostro muy popular para una novela con muchos adeptos es más difícil de encajar en la imaginación del lector. Y así, los actores desconocidos son los que últimamente se llevan el gato al agua para poner cara a los héroes de millones de lectores en las últimas adaptaciones de los best-seller a la gran pantalla.
David Fincher reinterpreta a Stieg Larsson - que ya había sido, a su vez, llevado al cine en su país, Suecia- y ha impuesto el nombre de Rooney Mara, actriz con la que ha trabajado en su anterior película, la todavía inédita “The Social Network”, y quien ha “robado” el papel a rostros mucho más conocidos como Carey Mulligan, Natalie Portman y Ellen Page.
A su lado estará Daniel Craig, que también saltó a la palestra como ese “don nadie” que osó meterse en la piel del agente secreto más famoso de la literatura y el celuloide: James Bond.
En el siglo XXI, esta tendencia se ha acelerado. “Harry Potter”, papel que por razones de edad era difícil de atribuir a una superestrella -aunque por ahí andaba Haley Joel Osment de “The Sixth Sense”-, recayó en un tal Daniel Radcliffe que ahora es archipopular y que incluso se ha desnudado en el “West End”; estos son solo algunos de los casos que ejemplifican esta tendencia a seguir en el mundo del cine.
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