“Debí haberla matado, para que me metieran 30 años, como quiera me condenaron”, gritó varias veces la adolescente que no dio señal de arrepentimiento por la acción criminal contra su maestra, que solo la corregía por su mal comportamiento.
En su sentencia, la magistrada Dulcinea Peña, presidenta de la Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia de Hato Mayor, dijo que existen indicios de culpabilidad que comprometen seriamente a la imputada.
La adolescente purgará la condena en un centro de albergue de menores en Santo Domingo, pero no fue identificado. Se recuerda que la estudiante, cuyo nombre se omite por razones legales, estudiaba en la escuela “Juan Pablo Duarte” de Hato Mayor, donde habría dado a beber a la maestra un jugo con una sustancia fosforada conocida como “Plomerito”, producto que se utiliza en la limpieza de inodoros. La educadora fue ingresada de urgencia en una clínica de San Pedro de Macorís.
Se determinó en audiencia que la menor no tenía 11 años de edad, sino 14 y por tanto se le aplicó la pena máxima para esa edad establecida en el Código del Menor.
Cuando ocurrió el hecho, las clases en la escuela Juan Pablo Duarte fueron suspendidas momentáneamente, siendo reiniciadas por la intervención del fiscal de la provincia, Manuel Emilio Santana. Sheila Rodríguez, madre de la menor, dijo que su hija es inocente y pidió a las autoridades profundizar en la investigación para dar con el verdadero responsable del envenenamiento.
Manifestó que se quiere ocultar el nombre del otro menor que participó en la acción repudiable, que no justificó. “Sé como madre que este hecho me pone en una situación delicada y difícil, pero sólo quiero que se profundice en las investigaciones, porque mi hija pudo haber sido tomada como chivo expiatorio”, apuntó.
La profesora Eddy Yovanny Batista, se le tiene como recta y que vive sobre la corrección de los alumnos.
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