Apoyo. Contó con los goles de Robben y Sneijder para la victoria en el Mundial
DURBAN, Sudáfrica. AP. Holanda está para más, pero se conforma con poco y sufre sin necesidad. Esa fue la realidad de su victoria ayer 2-1 sobre Eslovaquia para acceder a los cuartos de final de la Copa Mundial, una labrada con goles de Arjen Robben y Wesley Sneijder.
Los holandeses tal vez no están para revivir el juego de las rutilantes selecciones de los 70 y finales de los 80, pero la abundancia de individualidades a su disposición le permiten sacar adelante los partidos.
Y uno de esos talentos estuvo a la mano en el estadio Moses Mabhida de Durban para mostrarles el camino. En su primer partido como titular, Robben convirtió un brillante gol a los 18 minutos. Justo cuando Eslovaquia se había armado con valentía y con tesón buscaba empatar, Sneijder se encargó de liquidar el trámite a los 84 con su segundo gol del torneo.
Robert Vittek maquilló el resultado al transformar un penal en el cuarto y último minuto de los descuentos, luego que el arquero Maarten Stekelenburg derribó a Martin Jakubko. Vittek llegó a los cuatro goles en el torneo y alcanzó en la cima de la tabla de cañoneros al argentino Gonzalo Higuaín.
La consigna del técnico holandés Bert Van Marwijk es ganar como sea, dejando atrás los vestigios de las maquinarias holandesas que atacaban sin dar tregua.
Van Marwijk plantea los partidos con cautela. Holanda espera, aunque no se agazapa, a la espera de meter sus zarpazos al primer titubeo ajeno. Quizás aburra al legendario Johann Cruyff, pero las victorias se amontonan, al llegar a una cifra récord de 23 en fila. ``Creo que en todos los partidos disputados se ha visto que hemos dominado”.
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El partido
Holanda regulaba el partido a voluntad. A veces subía las revoluciones y luego se tomaba las cosas con calma. Cuando apretó al inicio del segundo tiempo, el arquero eslovaco Jan Mucha se lució rechazando pelotas de gol de Robben y Joris Mathijsen. Y cuando se relajó, pues Eslovaquia se animó pero evidenció que no tenía la malicia necesaria para las circunstancias. El mejor ejemplo de ello fue a los 68 cuando Vittek dejó ir una ocasión inmejorable para nivelar el duelo. Vittek quedó frente a frente con el arquero.
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