La Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior (Onemi) indicó que no tenía reportes preliminares de víctimas o daños, pero sí se produjo una saturación en las líneas telefónicas porque el nerviosismo de la población desencadenó una cantidad de llamadas, indicó el funcionario de esa entidad Paolo Marín.
A dos meses del terremoto decenas de miles de personas siguen viviendo en carpas y más de 20.000 lo hacen en viviendas de madera de 18 metros cuadrados en las que se cuela el viento y el frío porque carecen de revestimientos interiores.
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