El Sol salió momentáneamente en horas de la mañana después de más de 30 horas seguidas de lluvia. La mayoría de las principales carreteras estaban abiertas, aunque algunas se encontraban inundadas y las autoridades recomendaron a los pobladores evitar grandes desplazamientos.
"La situación hoy (miércoles) es mejor que ayer, pero entre menos gente esté en la calle haciendo grandes desplazamientos habrá menos problemas'', dijo el alcalde de Río, Eduardo Paes, a la televisora Globo News.
El reporte más reciente del cuerpo de bomberos informó que hay 100 víctimas fatales y 104 heridos en la ciudad de Río de Janeiro y localidades vecinas, en su mayoría por deslizamientos de tierra y lodo que sepultaron sus casas en regiones pobres.
La dependencia reanudó la madrugada del miércoles las tareas de búsqueda y rescate en las áreas más afectadas.
Entretanto, el servicio meteorológico alertó que las lluvias podían continuar el miércoles y jueves.
Paes lamentó que en Jacarepaguá, un enorme barrio popular en el oeste de Río, se produjo un ``deslizamiento monstruoso'' que provocó gran parte de las víctimas de la tragedia. Alertó que la ciudad continúa en alerta máxima por posibles nuevos aludes.
``La prioridad continúan siendo las laderas. Las lluvias no paran y hay un riesgo constante de deslizamiento'', s, mientras las escuelas, colegios y universidades, tanto privadas como públicas, continuaron cerrados por segundo día consecutivo.
El partido de fútbol entre el local Flamengo y la Universidad de Chile, por la Copa Libertadores de América, fue aplazado de miércoles a jueves en el estadio Maracaná, de Río.
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