 Alejandro Sanz declaró, a través de su Twitter, sentirse triste. |
Santo Domingo.- Todo parece indicar que alguien le dejó el corazón partí’o a Alejandro Sanz, pues recientemente publicó en su Twitter: “A pesar del éxito de ayer (fecha posterior al concierto “Un canto de esperanza por Haití), hoy es un día triste para mí. Cosas personales”.
La avalancha de comentarios preguntando sobre el motivo de su tristeza no se hizo esperar a lo que el intérprete respondió: “No quiero agobiaros. La verdad es que ayer fue un gran día. Quedémonos con eso, por favor. Os quiero”.
Se especula que la diseñadora Valeria Rivera, madre del hijo de Sanz, podría estar dándole dolores de cabeza al intérprete de “Desde cuando”. Esta concedió en enero una entrevista reveladora a la revista Hola, en la que aseguró que no era un buen padre aunque esté constantemente con sus hijos.
El hijo de ambos tiene siete años y se llama Alexander, pero no lleva el apellido de su padre, quien no ha querido reconocerlo.
Aunque también podría ser su actual pareja, Raquel Perera, con quien mantiene una relación desde hace varios años sin intención de caminar hacia el altar, afirmación realizada por el mismo cantautor español que ya se casó en el pasado con la modelo mexicana Jaydy Michel y con quien procreó a su primogénita, Manuela.
El amor
En sus 42 años Alejandro ha vivido diferentes desengaños amorosos que lo hacen permanecer renuente a la idea del matrimonio.
La verdadera razón de la tristeza de Sanz es un enigma que ha mantenido preocupados a sus seguidores, quienes continuan escribiéndole insistentemente para darle ánimo.
Comentarios que ha aceptado y a los que el cantante ha respondido, asegurando que se negaba a estar triste, agradeciendo el cariño recibido en el país y a través de la mencionada red social, diciendo que ya se sentía mucho mejor y en preparativos para llegar a Madrid donde presentaría su gira patrocinada por la marca LG.
Sanz se presentó el pasado domingo en el Estadio Olímpico junto a un grupo de artistas latinos que respaldaron la iniciativa de Juan Luis Guerra para realizar un concierto que recaudó fondos para la construcción de un hospital en Haití, vecina nación que se vio afectada por un fuerte terremoto.
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