Muestra. Esta es una de las imágenes que ilustra el estudio de la antopóloga Tahíra Vargas. |
Santo Domingo.- El presidente de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), Radhamés Camacho, y la ex presidenta de ese gremio, María Teresa Cabrera, reconocieron que todavía en algunas escuelas del país se utilizan métodos represivos para disciplinar a los estudiantes y también coincidieron en la necesidad de definir estrategias orientadas a superar esa situación.
Mientras, el ministro de Educación, Melanio Paredes, consideró que el estudio de la Violencia en la Escuela realizado por la antropóloga Tahíra Vargas para Plan Internacional no representa la generalidad de los centros educativos dominicanos por su carácter etnográfico y cualitativo.
No obstante, dijo que es responsabilidad de todos construir nuevas alternativas para fomentar en el seno de la sociedad, de la escuela y de la familia una nueva cultura para la solución de los conflictos pacíficamente.
El estudio realizado por la Vargas para Plan Internacional da cuenta de que en escuelas del Suroeste del país persisten los castigos verbales y físicos para someter a los estudiantes a la disciplina. Al respecto, Camacho dijo que la violencia que se refleja en el estudio no escapa a lo que es “nuestra situación de subdesarrollo y la propia sociología del país” y abogó para que desde el hogar y los medios de comunicación se estimulen acciones tendentes a reducir los niveles de violencia.
Asimismo, aseguró que el gremio magisterial realizará esfuerzos para que desde la escuela no se utilice ningún tipo de castigo verbal ni físico en contra de los estudiantes.
De su lado, Cabrera señaló que la investigación debe ser valorada en su justa dimensión para implementar políticas que permitan superar los métodos represivos que, según el estudio, se dan las escuelas.
Resaltó que la escuela tiene que ser un espacio agradable para los niños y un lugar atractivo para que tengan deseos de que llegue la hora de ir a recibir clases. Según la investigación, “Violencia en la escuela”, cuando llega la hora de partir muchos estudiantes salen de prisa de los centros educativos, no por llegar a sus hogares, sino para huir de la tortura y otras manifestaciones de violencia a que son sometidos por profesores y directores.
Cabrera entiende que en la política de formación docente se tiene que incorporar el tema de la violencia para verla en todas sus expresiones y tratar de cambiar esos métodos de castigo para lograr niveles de disciplina.
Posición de Educación
En un comunicado enviado a los medios de comunicación, Paredes dijo que los resultados del estudio son sólo representativos de los seis centros educativos que fueron analizados en Azua, Barahona y San Juan.
“Es muy probable que la forma de manifestación, e incluso, su intensidad, sea muy diferente de una escuela a otra, no permitiendo la definición de perfiles de violencia escolar”, precisó.
Sostuvo que el estudio de “Violencia en la Escuela” fue coordinado por el Ministerio de Educación, que “valora todos los aportes que contribuyan a fortalecer nuevas visiones, enfoques y perspectivas que nos encaminen hacia una sociedad cada vez más dialógica, promotora de una cultura de paz y libre de violencia”.
En comunicado enviado a los medios de comunicación, indica que por la naturaleza del estudio, sólo se podrían definir hipótesis de trabajo que conduzcan a la formulación y desarrollo de otros estudios que puedan proporcionar perfiles sobre la manifestación de la violencia en los centros educativos, así como explicaciones sobre el tema en el ámbito educativo. Resaltó que el Ministerio de Educación realiza un conjunto de intervenciones destinadas a prevenir la violencia.
ANTROPÓLOGA SUGIERE CAMBIOS DISCIPLINA
La antropóloga Tahíra Vargas asegura que para erradicar la violencia en las escuelas se necesitan cambios en la visión y práctica de la disciplina en los centros y en el aula.
“Se hace necesario que tanto docentes como directores de centros transformen su práctica de la disciplina como eje prioritario del proceso educativo desde una visión autoritaria y vertical hacia una visión de la disciplina como consecuencia de un proceso educativo creativo, de libertad, participación y empoderamiento de los estudiantes..
Recomienda, en ese sentido, reorientar la campaña sobre los derechos de los niños e incluir la cultura de la paz y de la no violencia en el currículo escolar La investigación que revela la persistencia del castigo corporal para someter a los estudiantes a la disciplina en unas seis esculas del suroeste del país, sugiere también un proceso de ruptura del enfoque de la escuela como lugar de “corrección de conductas”.
Sugiere que el proceso de capacitación en resolución de conflictos debe generar la creación de espacios o comités de resolución de conflictos al interior del centro........Bethania Apolinar
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