Santiago.- José Luis Perales lo susurró otra vez: “Me hueles a guayaba, a cordillera helada, a tierra verde y lluvia tropical. Me hueles a pradera, a eterna primavera, me hueles a futuro y libertad”. Las estrofas de “América”, dedicadas a Latinoamérica, sobresalieron de las 21 canciones salidas del alma y la voz del artista.
Respetuoso del público, veterano de la escena, físicamente ligero y romántico hasta las costillas, el cantautor no se demoró como la mayoría de artistas. Una vez concluída la formidable presentación del cantante Samuel González y Miguel Andrés Tejada al piano, se asomó seis minutos después de las nueve de la noche.
La avalancha de faldas, pantalones y cámaras digitales siguieron al estribillo de “¿Por qué te vas?”, primer caramelo musical de un celebrado paquete de éxitos en el que no faltaron “Me llamas”, “Doña Asunción”, “Si”, “Le llamaban loca”, “Amada mia”, “Celos de mi guitarra” entre otros clásicos del artista, que celebra en esta gira sus 35 años escribiendo y cantando al amor.
Generosidad
En casi dos horas de actuación, primó la generosidad de un artista complaciente, decente y cuyas melodías rememoraron aquel “y te has pintado la sonrisa de carmín y te has colgado el bolso que te regaló”, así como la oda al amor donde Perales insiste que ese palpitar universal “es la espera sin límites, cree todo sin límites, es generoso sin límites, no tiene envidia ni sabe contar, no pide nada”.
Debajo de los faroles que hicieron del escenario un arcoíris redentor, el humano nacido en un pueblito de España, renovó los votos de su corazón con los versos de “Amada mía”.
Con un coro gratuito de las almas que coparon la sala de fiestas del Centro Español, Perales, quien no esconde los surcos de sus años, dijo en broma que no revelaría su edad. No faltó el primer tema registrado en 1974 (“Celos de mi guitarra”) y el estribillo “Canción de otoño”, coreada de principio a fin.
UN ESPECTÁCULO BIEN ORGANIZADO
El concierto, organizado por Producciones Sonar, tuvo el coauspicio de LISTÍN DIARIO.
Las ejecutivas de Producciones Sonar dieron cátedra de orden, organización y puntualidad. Hubo excelente sonido en el lugar pese a las conocidas limitaciones en el renglón.
La canción “El amor” fue el mejor pretexto para que un caballero abriera los brazos para dedicar uno a su madre y el izquierdo a la marida y dueña de su almohada.
Después de ocho años sin pisar el malecón dominicano, donde compuso una canción en honor a la esposa que sufre las soledades de sus giras, Perales cantó en Santiago su himno a la niñez desamparada.
También alabó el trabajo de las Aldeas Infantiles, donde él derrocha su solidaridad y quiso despedirse en la canción número dieciocho.
Las damas no lo dejaron.
El ruego fue compensado con una ñapa que valió por tres.
“Te quiero” y la curiosa “¿Y cómo es él?” le condujeron al camerino, luego de satisfacer a sus dinámicos cómplices, la luna y la noche.
Muchas personas llegaron tarde.... ¡Ay chichí! El artista arrancó minutos después de las nueve de la noche.
Los artistas cibaeños Samuel González y Miguel Andrés Tejada se lucieron con una presentación impecable.
Perales se presenta hoy y mañana en el Teatro Nacional Eduardo Brito de Santo Domingo.
Realmente me gusto el concierto, muy profesional.
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