Mejía, en cuyo Gobierno la Constitución fue reformada para permitir su repostulación, llamó a la ciudadanía a expresar su inconformidad pero sin rebelarse contra la autoridad
El ex presidente de la República Hipólito Mejía dijo ayer, a través de una declaración escrita, que “muchos” de los artículos aprobados por los miembros de la Asamblea Revisora guardan una estrecha relación con los intereses comerciales y políticos del Presidente Leonel Fernández y el ingeniero Miguel Vargas Maldonado. Éste es presidente del Partido Revolucionario Dominicano, del que Mejía es un alto dirigente.
Comentó que la defensa de ambos a la Sala o Tribunal Constitucional obedece a que Fernández y Vargas pretenden integrarla con abogados que responden a sus lineamientos. El ex presidente de la República considera que esta sala es innecesaria y alabó el papel desempeñado por la Suprema Corte de Justicia en el control de la constitucionalidad de las leyes.
El ex presidente Hipólito Mejía afirmó ayer que muchos de los artículos aprobados por la Asamblea Revisora guardan “exacta y penosísima relación” con los intereses políticos y comerciales del presidente Leonel Fernández y de Miguel Vargas Maldonado.
Mejía señaló que la defensa de ambos a la sala o tribunal constitucional, que, a su juicio, es innecesaria en razón de los fecundos resultados que en el control de la constitucionalidad exhibe la actual Suprema Corte de Justicia, obedece a que Fernández y Vargas pretenden integrarla con abogados que responden a sus lineamientos.
“Estoy convencido, como muchos otros, que el balance de la Asamblea Revisora es fundamentalmente deficitario. Y es una lástima que en lugar de reivindicar su papel de poder público independiente y de contrapeso del Poder Ejecutivo, el Congreso Nacional se haya prestado a ser sello gomígrafo de la voluntad manifiesta o encubierta de Fernández y de Vargas”, expresó Mejía.
El ex mandatario se quejó que lejos de reconocer y fortalecer los derechos individuales que prevén los tratados internacionales, de equilibrar la separación de los poderes, de reducir las facultades del Presidente de la República para disminuir su incidencia en los asuntos de Estado y lograr una mayor institucionalidad, los asambleístas hayan encaminado este proceso en sentido diametralmente opuesto.
Inconformidad sin revelarse. Mejía llamó a la ciudadanía a expresar su inconformidad sin revelarse contra la autoridad, y aseguró que más adelante, en una administración presidida por él, el parto de esta mal llamada reforma será reformado por una Asamblea Constituyente.
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