SANTO DOMINGO, DN.- Con el curso de los días, el caso del secuestro del joven Eduardo Antonio Baldera Gómez, de la ciudad de Nagua, que comenzó el viernes 18 de septiembre y concluyó el sábado 10 de octubre con una espectacular fuga, sigue generando dudas sobre la actuación de la Policía Nacional y sobre la versión de los hechos ofrecida por la propia víctima.
Uno de los cabos sueltos en la historia contada por las autoridades se refiere a las supuestas “personalidades importantes” que estarían involucradas y que la Policía Nacional estaba investigando y persiguiendo, según declaró el propio Rafael Guillermo Guzmán Fermín, jefe de la entidad, el 2 de octubre.
Rafael Guillermo Guzmán Fermín. |
Archivo/Clave Digital |
Las interrogantes y dudas se han generado por las declaraciones confusas y las contradicciones en que han incurrido las autoridades, sobre todo las policiales.
Entregados vivos que luego son muertos
La afirmación oficial dice que los supuestos implicados Cecilio Díaz y William Batista habrían muerto en un “intercambio de disparos” con una patrulla policial, pero las autoridades locales de Villa Vásquez, como el alcalde pedáneo de Sabana Cruz, Lino Socio Vásquez, dan testimonio de que los sospechosos fueron apresados vivos y entregados debidamente desarmados a la Policía Nacional.
Un tiroteo que nadie vio ni escuchó
Medios de comunicación, nacionales y regionales, han recorrido el municipio de Villa Vásquez y sus comunidades Sabana Cruz, Papayo, Conuco Nuevo y Buen Hombre, y ninguna persona pudo confirmar la versión policial de que se produjo un tiroteo antes y durante la captura de Díaz y Batista.
El palito que abrió las esposas
Eduardo Baldera Gómez, el secuestrado, narró que pudo escaparse luego de abrir con “un palito” las esposas que le había colocado sus raptores. Nadie que conozca lo elemental sobre esposas u otros instrumentos para maniatar a una persona puede creer fácilmente en esta versión, por más hábil e inteligente que fuera el joven Baldera Gómez.
Una cabaña que no existe
Por otro lado, agentes de la Dirección Central de Investigaciones Criminales (DICRIM), de la Policía Nacional, finalizaron este jueves, sin encontrar nada, un rastreo en las lomas de Villa Vásquez, Montecristi y Copey, tras la cabaña en la que supuestamente fue recluido durante 22 días el secuestrado Eduardo Baldera Gómez. Los agentes del DICRIM inspeccionaron el lugar, en donde supuestamente estuvo el joven, sin embargo no han podido dar con ningún rancho o vivienda. “Sencillamente ese lugar no existe”, dijo una fuente policial a Clave Digital.
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