Cuando agotó su primer período de gobierno,
Leonel Fernández exclamó: ¡¿Ya...?! ¿Tan pronto...? Luego, hablando en
televisión dijo que los Presidentes nunca se dan cuenta de lo rápido que
pasa el tiempo en el poder. “Esos cuatros años se fueron sin darnos
cuenta”.
Después de su segundo viaje a la Presidencia, esa vez
por ocho años, Leonel no ha vuelto a referirse a la cortedad del
tiempo... Pero es obvio que también lo encontró poco... Porque parece
que quiere volver.
El período gubernamental es de 48 meses, 208
semanas, 1,460 días... Y el tiempo vuela. Por eso Danilo debe superar ya
la fase cosmética de su gobierno y hacer las cosas trascendentes que
está llamado a hacer. Tras el asueto de la Semana Santa, el gobierno
entra en su octavo mes, Danilo Medina ya agotó la sexta parte de su
mandato de cuatro años.
A partir de mañana lunes los funcionarios
tienen que ponerse las pilas, pasar de la programación a los hechos,
tirarse a la calle y perfilar la obra de un presidente callado y
discreto, sin dinero, con poco tiempo y obligado a iniciar cinco grandes
obras que deberán concluirse en los próximos tres años como su impronta
en materia de infraestructura.
A través de nuestra historia, los
gobiernos que no han hecho eso pasan sin pena y sin gloria. Jorge Blanco
es el mejor ejemplo. Se le estigmatiza conque su única gran obra fue
“permitir que se doble a la derecha en rojo...”
El aspecto
cosmético lo cubre Danilo muy bien con las “visitas sorpresas” de los
domingos. Allí resuelve algunos problemas menores a pequeños grupos de
productores y entra en contacto con el pueblo más simple. Pero los
proyectos de envergadura de su gobierno aún no han podido arrancar.
Dos
de ellos, en los que el Presidente había puesto mucha fe incluso antes
de jurar el 16 de agosto, no acaban de salir del horno burocrático: La
carretera Cibao-Sur entre Santiago y San Juan, y el desarrollo como polo
turístico del Sur Profundo partiendo de Bahía de las Águilas, en
Pedernales.
Oposición a proyectos
Ambos proyectos tienen
la rabiosa oposición de grupos conservacionistas “que no lavan ni
prestan la batea”, lo que anticipa una fuerte lucha con sectores de la
llamada sociedad civil, si es que Danilo realmente está dispuesto a
acometer esas obras.
Mañana deberá quedar en servicio la segunda
línea del metro de Santo Domingo. Está supuesto a ser anunciado el
inicio de la tercera fase desde Bajos de Haina hasta el ensanche
Isabelita, en la zona oriental de la capital, en atención a una promesa
de campaña.
Otras de las grandes obras que está llamado a
emprender Danilo Medina en los próximos meses son la construccion de dos
mega estaciones eléctricas con dos plantas a gas natural de 300 megas
cada una, para lo cual existe financiamiento externo, lo mismo que la
continuación de pequeñas estaciones de energía alternativa,
principalmente eólica, en zonas apartadas del país.
Ese cambio en
la matriz energética, la reformulación de las redes, la identificación
de todos los usuarios y la tecnificación del sistema de facturación y
cobranza, resolvería el problema de la industria eléctrica, según los
planes del gobierno.
Y la quinta gran iniciativa en
infraestructura vial de la capital, con la cual se ha comprometido
también el Presidente, es el corredor Norte Sur sobre la José Ortega y
Gasset, que unirá a esos dos extremos de la ciudad con la construcción
de un puente de cuatro carriles sobre el río Isabela, con elevados y
desnivel en varias intersecciones.
Esta obra será complementada
con el llamado corredor Santo Domingo, que enlazará en circunvalación
los muelles de Haina oriental y Megapuerto Caucedo, liberando a la
ciudad del tránsito pesado que tanto trastorno provoca. Esta obra
incluye otro puente sobre el río Ozama.
Estas obras tienen una
duración mínima de tres años, y el Presidente Medina tiene el propósito
de inaugurarlas en el ctual período, por lo que no le queda mucho tiempo
para comenzarlas. En el caso del corredor Santo Domingo la obra fue
dividida en cinco tramos y asignada a igual número de compañías
constructoras. Tiene financiamiento del BID.
Carretera Santiago-San JuanEl
Presidente nunca lo ha dicho públicamente, pero su gran ilusión es
inaugurar la carretera Cibao-Sur partiendo la cordillera Central entre
Santiago y San Juan... “Esa es la carretera que Danilo ha soñado desde
niño...”, decía en privado hace poco uno de sus más cercanos
colaboradores y amigos.
Danilo nació y se crió en el pequeño
poblado de Arroyo Cano, un distrito municipal de San Juan
tradicionalmente agrícola, pero muy joven vino a estudiar a la capital.
Los sanjuaneros confían que no olvidará el compromiso que tiene con su
pueblo.
A esa opción se oponen la mayoría de los ecologistas y
ONGs que velan por los recursos naturales, que plantean como alternativa
la ampliación de la carretera Bonao-Rancho Arriba-Azua. Pero los
sureños aseguran que esa carretera, que existe en su primera fase, no
cumple el propósito de unir las dos regiones agrícolas por excelencia
que tiene el país: el Norte y el Sur.
(+)
EL SUR EN LA AGENDA DEL PRESIDENTEEl presidente Medina
está comprometido con el desarrollo de la región Sur comenzando por la
carretera que una a esa región con el Cibao, pero paralelamente tiene
que resolver sin demora la situación de la legalidad de los terrenos de
Bahía de las Águilas. En la transición él mismo concibió la posibilidad
de negociar con los tenedores de títulos de esas tierras para destrabar
el asunto, y al consultarlo con abogados y políticos se llegó a la
conclusión de que el Estado podía negociar con ellos sobre la base de un
60-40.
Cuando se hizo el anuncio, el escándalo de opinión pública
hizo echar para atrás el arreglo y la situación ha vuelto a punto
muerto en la instancia judicial. Pero cual que sea la fórmula, el
gobierno tiene que hacer posible la explotación comercial y turística de
las playas más bellas de la isla, conservando los recursos naturales y
el parque Jaragua, para sacar al Sur de su pobreza.
La gente del
Sur lejano tiene escasa capacidad de presión política debido
precisamente a su pobreza ancestral, pero en este esfuerzo ha hallado la
solidaridad de amplios sectores de la sociedad santiaguera que se le
han unido ahora en el propósito común de una carretera que acorte
sustancialmente la distancia entre ambas regiones. Fue la primera
condición que puso el Presidente Medina para plantearse la construcción
de esa obra.
Fuera de esos cinco megaproyectos, el gobierno de
Medina está compelido a concentrar su mayor esfuerzo presupuestario en
la inversión del sector educativo, que agotará los próximos tres años--
incluyendo este 2013-- casi 400 mil millones de pesos, más del 20 por
ciento del gasto total del gobierno. El resto, en su mayor arte, es para
cubrir las necesidades primarias del Estado a través de las demás
instituciones, gastos corrientes y lo que Balaguer llamaba “inversión de
alcantarilla”, que no es otra que las ayudas sociales y el paternalismo
estatal.
(( Avanzan las negociaciones con la BarrickLos ingresos
adicionales que recibirá el gobierno de la Barrick Gold-- tras unas
negociacions que van muy avanzadas-- serán dedicados por el presidente
Medina a esos grandes proyectos que no tienen financiamiento externo,
como la tercera línea del Metro y parte de la carretera Cibao-Sur, y a
inversiones en el sector eléctrico para mejorar el suministro en zonas
muy apartadas de la República a fin de satisfacer múltiples solicitudes
que ha recibido en sus visitas sorpresas al interior.
Danilo ha
dado seguimiento personal a cada una de esas visitas, y hasta ahora su
mayor lamento es que en casi todos los lugares le piden mejorar el
servicio eléctrico o extender las redes a zonas rurales no servidas por
las CDEEE, lo cual requiere una gran inversión. Entre sus colaboradores
el Presidente ha comentado que esa sería la mejor forma de distribuir
los ingresos adicionales por la explotación de nuestro oro, beneficiando
a los sectores más necesitados.
El mayor problema del gobierno en
este momento es su propia tramitación y permisología burocrática. El
propósito de actuar con absoluta transparencia para evitar prácticas
dolosas, ha retardado la ejecución de proyectos importantes, y a casi
ocho meses del actual período las principales obras del gobierno no han
podido iniciarse.
Algunos funcionarios han tenido que violentar
esa burocracia para dinamizar sus instituciones, pero siempre corriendo
el riesgo de ser reprendidos desde las oficinas fiscalizadoras del
Estado...
Para el presidente Medina, sin embargo, sigue corriendo el cronómetro. Porque la carrera es también de velocidad...
Al gobierno sólo le quedan 40 meses. Parece mucho, pero ya se le fueron ocho...