El Gobierno de Japón aseguró que la explosión que hoy se produjo en la planta nuclear 1 de Fukushima (norte de Japón) no fue en el reactor ni generó una fuga radiactiva importante.
En una rueda de prensa, el ministro portavoz, Yukio Edano, dijo que la explosión, que tampoco dañó el depósito que protege al reactor, se debió a una reacción química entre hidrógeno y oxígeno y aseguró que ha bajado el nivel de radiactividad en la zona.
La alarma cundió en el país y en toda la comunidad internacional cuando se produjo una fuerte explosión en la central nuclear, que causó cuatro heridos, a las 3:36 de la tarde de este sábado, hora local, al parecer cuando un equipo trataba de enfriar un reactor nuclear de la planta número 1.
La explosión destruyó el techo y las paredes del almacén que alberga el depósito del reactor. Los cuatro heridos, según la compañía eléctrica TEPCO, operadora de la planta, no se encuentran en estado crítico.
Unos 46.000 vecinos habían sido evacuados a primera hora de la mañana en un radio de diez kilómetros alrededor de la planta, aunque según NHK, en el momento de la explosión aún quedaban cerca de 800 personas, algunos de ellos ancianos.
Tras el seísmo de 8,8 grados Richter el nivel de radiactividad en la planta 1 de Fukushima alcanzó hasta mil veces su nivel habitual en la sala de control de un reactor y hasta 70 veces su nivel cerca de la entrada principal de la central.
Mientras tanto, sigue aumentando el número de fallecidos por el terremoto que sacudió ayer el noroeste de Japón y que fue seguido de un devastador tsunami.
La cifra de muertes se eleva ya a 600, mientras que el número de desaparecidos asciende a más de 1.000, de acuerdo con la agencia local Kyodo, que suma las víctimas en distintos puntos del país.
Hasta el momento, de las 600 muertes, entre 200 y 300 son de los cuerpos encontrados ayer en una playa en Sendai, y otros 200 cadáveres son los que se transfirieron a gimnasios de Iwanuma y Natori, todos ellos en la provincia de Miyagi.
Además, se estima que hay 1.000 desaparecidos tras el terremoto de 8,8 grados en la escala abierta de Richter.
La suma de muertos y desaparecidos se acerca ya a 1.700, de acuerdo con la agencia nipona.
El portavoz del Gobierno japonés manifestó en rueda de prensa que "se cree que más de mil personas han perdido sus vidas".
Según Kyodo, unas 300.000 personas han sido evacuadas en cinco provincias del noreste de Japón, entre ellas las 46.000 cercanas a la planta nuclear de Fukushima (norte de Tokio).
La conmoción en Japón continúa y las calles de Tokio aparecieron hoy sábado casi desiertas. Los escasos viandantes reflejaban en sus caras la preocupación tras el terremoto vivido ayer, el más grave de la historia de Japón.
La normalidad ha vuelto al sistema de comunicaciones y transporte de Tokio después de que ayer no funcionasen los móviles y de que la suspensión del metro y los trenes de cercanías obligase a muchos miles de personas a dormir en improvisados refugios como pabellones, colegios o sus propias oficinas.
Aún así, persisten secuelas del caos y no todos los supermercados están abastecidos.
Muchas tiendas de alimentación se quedaron sin suministros por las miles de personas atrapadas en Tokio, habitado por unos trece millones de personas en su centro y más de 30 en la zona metropolitana.
La megafonía distribuida en numerosos puntos de la capital japonesa pide a los ciudadanos que reduzcan el consumo eléctrico al mínimo, ya que la demanda esperada para Japón entre las 18.00 y 19.00 horas local era superior a lo que se podría abastecer.
Los andenes del metro funcionaban desde primera hora de la mañana, una vez que desde las 22.00 hora local del viernes (13.00 GMT) comenzó a restablecerse paulatinamente un servicio que estuvo interrumpido durante siete horas.
Además, más de 900 vuelos se cancelaron ayer en los aeropuertos de Japón y los de Tokio, Narita y Haneda, abrieron hoy sus pistas aunque hubo algunos retrasos y problemas en los accesos por carretera.
Los tres grandes fabricantes nipones de automóviles, Toyota, Nissan y Honda, anunciaron hoy que el próximo lunes la producción en todas sus fábricas en Japón estará paralizada por problemas de suministro tras el fuerte terremoto del viernes.